La directora general de
Turismo del Gobierno aragonés, Elena Allué, a la sazón parte
alicuota del PAR incrustada en el ejecutivo regional para apoyar al
PP, vino, vio y venció. Nada más salir de la reunión del consejo
consultivo de Turismo que se ha celebrado en la ciudadela de Jaca,
espetó, sin que se le corriera un ápice el rimel: “El turismo en
Aragón no podía ir mejor”... ¡Toma ya!!... Y se quedó tan
ancha... Hace falta ser bastante desahogado, además de ignorante,
para soltar tamaña insensatez en pleno territorio turístico
deprimido... Y, para rematar, el consejero del ramo nos viene ahora,
veinte años después de que lo hayan hecho la mayoría del resto de
destinos turísticos de la región y del país, a descubrir la
promoción online y los llamados mercados emergentes.
Basándonos sencillamente
en la simple máxima lógica de que quien no ve el problema
difícilmente lo va a resolver, estos políticos que “en gracia”
nos ha tocado padecer no van a arreglar nunca el turismo del Pirineo
ni de la Jacetania, algo fundamental para el desarrollo y la
prosperidad de nuestra comarca y de nuestra ciudad. Así, desde
luego, no vamos a ninguna parte.
El turismo de Jaca y la
Jacetania, los establecimientos y negocios turísticos de la zona,
los trabajadores y profesionales del turismo, así como las empresas
del entorno en general cuya actividad se ve respaldada por el
turismo, es decir, el 100% del tejido empresarial de la Jacetania y
casi del Alto Gállego, se merecen mucho más. Sobre todo, teniendo
en cuenta que llevan ya muchos años dejándose la piel para levantar
el territorio. Por eso se merecen que los políticos aragoneses estén
a su altura y den la talla, cosa que con declaraciones y puntos de
vista como los de la actual directora general del sector no se cumple
ni por asomo, se quedan a años luz de acercarse al alto nivel de
profesionalidad de quienes se dedican al turismo en ambos valles
vecinos: el del Aragón y el de Tena.
Por si acaso, por si, por
fortuna, en los últimos tiempos o días, se había producido algún
hecho que apoyara las tesis de la directora general y no nos
hubiéramos enterado, nos hemos molestado en consultar y preguntar a
operadores y expertos turísticos de fuera de Aragón para que
pudieran ser objetivos, y hemos consultado también, por si acaso,
con varios empresarios turísticos de varios ramos y de ambas
comarcas colindantes: Jacetania y Alto Gállego. Y, efectivamente,
los resultados nos confirman que a Elena Allué le pasa como a
Mariano Rajoy, que vive en el limbo...
Aunque lamentamos
profundamente no habernos equivocado, como nos temíamos, el
triunfalista análisis-diagnóstico de la directora general,
acompañada por el consejero del PP (que parece que pasaba por allí
y no iba mucho con él la historia...), se basa en las últimas
estadísticas sobre ocupación hotelera que se han registrado
(cocinadas como ha interesado) en las últimas semanas o en el último
mes contabilizado. Un ligero aumento de la ocupación del 6-7% sobre
el último año (el peor del siglo) en algunas zonas, que en la
mayoría de los casos no ha servido ni siquiera para que los ingresos
hayan aumentado, es decir, que se han debido, evidentemente, a una
pronunciada rebaja de los precios, supone para los políticos
“irresponsables” del tema que el turismo va “viento en
popa”...Pues apaga y vámonos...
Todos los operadores y
expertos consultados coinciden en varias cuestiones: Aragón no es
uno de los destinos turísticos prioritarios con que cuentan en
España y adonde envían a sus clientes porque es un destino
conocido, y con muchas posibilidades, pero que deja mucho que desear
desde hace algunos años. Según nos comentan, es un destino que
tiene marca pero que está falto de contenido, que no tiene
suficiente contenido, cosa que, según explican, hoy en día, resulta
imprescindible para lograr el éxito turístico. Dicen que el nivel
del turismo aragonés se ha alcanzado gracias a sus dotes naturales
pero que, para ir más lejos, hay que trabajarlo: dotarlo de
contenido y de servicios. También coinciden en señalar que, de todo
Aragón, el destino que más ha crecido, en todos los sentidos,
durante los últimos años, ha sido Teruel y todo lo que se vende
turísticamente en Teruel.
Coinciden también en que
hay una clara y significativa falta de promoción sin la que será
imposible competir con otros lugares. Nos recuerdan como, hace
escasas fechas, en la reciente feria del turismo por excelencia,
Fitur, los políticos aragoneses que acudieron al certamen, a costa,
por supuesto, del erario público, sólo se preocupaban de quedar y
hacer entrevistas con los medios y los periodistas del propio Aragón
y no fueron capaces de conseguir (ni se preocuparon por ello) una
aparición, una entrevista en algún medio nacional o internacional
que de verdad supusiera promoción y un paso hacia adelante pata el
turismo de su región o de su comarca. Lo que hacen estos políticos,
a través de sus medios “amigos y subvencionados”, no es más que
pura y barata propaganda que no aporta nada al turismo ni sirve para
impulsar ni promocionar el turismo. Estos expertos nos comentaban
como asistían, entre avergonzados y estupefactos, al triste
espectáculo de los políticos que eran entrevistados por sus medios
“amigos” (radios, televisiones y periódicos locales y
regionales, muchas veces subvencionados por esos mismos políticos)
para que hablaran bien de sus gestiones y presentaciones turísticas
a los ciudadanos de sus propias regiones que, desde luego, no eran,
precisamente, los clientes potenciales que hacía falta atraer. Esto,
nos cuentan, lo hacían la mayoría de los políticos regionales que
acudían con “sus” medios a Fitur, entre ellos, los aragoneses,
lo que resulta, según los expertos, una pérdida de tiempo, de
dinero y un desperdicio de oportunidades en un sector y en unos
momentos en que la promoción “es oro” y resulta fundamental.
“Mientras esto siga ocurriendo, el turismo de Aragón no abandonará
la segunda división”, apostillaban los expertos que trabajan en el
sector. A Aragón, indican, le falta cultivar el turismo cultural, el
gastronómico, dar un impulso a la nieve, a las estaciones (tanto en
verano como en invierno) y a la montaña, el deportivo (ciclismo,
montaña, etcétera), el empresarial, el de la naturaleza y el
científico, principalmente, que no están todavía ni al 25% de sus
posibilidades.
Pero vayamos, a pesar de
la directora general y del consejero (que parecía, más bien, en su
aparición por Jaca, que no se creía mucho, o nada, los
triunfalismos de su directora general), a la cruda realidad: el
sector del turismo en Jacetania y en Alto Gállego ha sufrido, desde
que comenzó a notarse la crisis y poco antes, un descenso, de media,
superior al 75%: en la ocupación hotelera se ha notado de una forma,
en la restauración de otra, las visitas culturales lo han percibido
a su manera, etcétera, pero en todos los sectores se ha registrado
una grave caída que ha supuesto la pérdida de miles de trabajos y
el cierre de innumerables negocios. Antes de la crisis ya había
problemas porque el sector no termina de funcionar. Estos empleos y
estas empresas no se han recuperado por arte de la directora general
de Turismo, muy al contrario, la realidad del sector turístico sigue
siendo más patética cada día que pasa, sólo basta con darse una
vuelta por nuestro entorno, por nuestros pueblos, ciudades y valles
para encontrarnos con algún nuevo establecimiento que ha cerrado en
los últimos días y se puede hablar con personas que cada temporada
trabajan menos y peor, sobre todo peor, que la anterior. No hay más
que fijarse un poco en nuestro entorno: los hoteles no abren ni
siquiera seis meses al año, el resto del tiempo sólo trabajan un
poco los fines de semana y las fechas punta; estos hoteles se llenan,
a precios reducidos, con grupos de viajeros y escolares que muchas
veces no cubren ni los gastos que generan. Ese es el turismo que
funciona en las comarcas del Aragón y Alto Gállego, es decir, como
dice la ínclita directora general, “no puede ir mejor”...
El pequeño y escaso
repunte de la buena temporada invernal, que por supuesto todos
reconocemos y del que todos nos hemos enterado y que todos hemos
celebrado, no es en absoluto suficiente, ni remotamente suficiente,
para devolver al turismo el impulso económico que daba a los valles
del Aragón y de Tena hasta hace unos años. Y esto es así de claro
y lógico, entre otras razones, porque desde la administración
regional no se ha hecho nada, absolutamente nada, para intentar que
la situación fuera mejorándose poco a poco. Y encima, ahora,
quieren apuntarse la “medallita” de la abundante nieve y del buen
tiempo. Si nos descuidamos, se apuntan hasta los veraneantes de Salou
porque, con decir que muchos son de Zaragoza, asunto “arreglao”...Pan
para hoy y hambre para mañana. Con un ejemplo, nos explicaremos
mejor: hace unos meses, sin ir más lejos, sobre septiembre u
octubre, en este mismo blog se publicó un post sobre San Juan de la
Peña, que se titulaba “Réquiem por....”; hoy mismo, en
facebook, coincidiendo con la visita de la directora general, hemos
podido leer una interesante aportación de un jacetano (Carlos Juan
Gracia) que el pasado domingo (hace dos días), aprovechando la
climatología favorable, acudió a visitar el Monasterio para pasar
el día en su entorno. Lo que se encontró, según cuenta, cumple con
creces, con muchas creces por desgracia, los peores augurios que
entonces describíamos y denunciábamos, y que nos costó más de una
injusta e interesada crítica: el abandono es total, miserable, de
juzgado de guardia. Pues así es como trabaja la inefable directora
general que dice que “el turismo no podía ir mejor”... Y no se
le cae la cara de vergüenza...
Otro flagrante ejemplo de
mala gestión y de falta de apoyo y promoción: el Camino de
Santiago, mientras sube en todas partes, hasta el albergue de Huesca
capital sube cada año en el número de visitantes y de peregrinos,
el de Jaca lleva cayendo en picado los últimos años.
Por no hablar de la
nieve, que “ya huele”... Coincidiendo con la última campaña
electoral, qué casualidad, los partidos que gobernaban que veían
peligrar su cuota de poder (temor que se hizo realidad, ya tenían
mala conciencia antes...), a lo que se apuntaron, sin pensarlo dos
veces, todos los mayoritarios, no fuera a ser que perdieran el tren
electoral, se inventaron la denominada unión de estaciones en la
que, por desesperación, casi todos los actores afectados por la
crisis del turismo que padecía y padece el valle del Aragón (sobre
todo) y el de Tena quisieron creer y ver en ella la resolución de
todos los problemas del sector y de las estaciones.
Como era fácilmente
previsible, a poca idea que se tenga de esto, la unión de
estaciones, tres años después, ni se ha llevado a cabo ni se
llevará nunca. Mientras tanto, tras este engaño de los políticos
incapaces de dar una solución, una salida que aliviara los males del
turismo y que consiguiera unos mejores resultados de las empresas
desdicadas a la nieve y similares, no se ha ayudado en absoluto a
esas empresas que necesitan ese apoyo para poder mejorar su oferta
que es lo único que mejorará, a su vez, sus resultados económicos.
Las estaciones de nuestro entorno tienen bastantes carencias en sus
ofertas y servicios; cuentan, en numerosos casos, con muchos peores
servicios que las “punteras” entre el resto de las españolas y
eso es lo que hay que remediar porque para eso sí que puede y debe
haber dinero; las cantidades estratosféricas que requiere el
proyecto de unión de estaciones lo hace inviable, aparte de otras
consideraciones. Los que esquiamos, estamos cansados de acudir a
nuestras estaciones, en las que hemos esquiado desde críos, en las
que hemos aprendido a esquiar, y encontrarnos con la mitad de las
pistas cerradas, tener que hacer piruetas para poder esquiar
medianamente..., entonces, ¿para qué queremos más kilómetros,
para que también estén cerrados? Sencillamente, no se sostiene. Y
ya no te cuento si pretendes encontrar algunos servicios que en otras
estaciones españolas (y no digamos europeas) son lo más normal
desde hace años. Ahí radica el problema que se sigue sin
solucionar. Por no hablar de las tercermundistas carreteras de
acceso. No olvidemos que las cuentas del sector aragonés de la nieve
dan un susto al miedo: Aramón (empresa pública) debe más de 80
millones de euros, Candanchú, sobre 8 millones y la deuda de Astún
asciende a más de 9 millones: está claro, efectivamente, “no
puede ir mejor”...
Otro flagrante caso,
clave para el desarrollo turístico, que se ha dejado perder de forma
incompetente e irresponsable: el Pirenarium de Sabiñánigo, un
proyecto que debía haber servido de agente dinamizador para todo el
turismo de la zona, nunca se supo gestionar y terminó cerrándose
con graves pérdidas económicas. Proyectos parecidos, en otros
lugares del mundo, han sido todo un éxito y se han convertido en el
revulsivo económico que necesitaba la sociedad de la zona. La
solución para ello es que el ayuntamiento de la capital serrablesa,
en una rocambolesca iniciativa, convoque a los ciudadanos para que
ofrezcan propuestas que doten de contenido el fallido Pirenarium.
Esto no es serio. Un concurso de ocurrencias ciudadanas no puede
dirigir la política turística de una ciudad ni de una comarca. Así
nos va. Esto sería de carcajada si no fuera por la pena que da,
porque estos políticos irresponsables que gestionan así están
jugando con el pan de los hijos de todos los ciudadanos que intentan
establecer y planificar sus vidas, de manera honrada, en nuestros
territorios. Por eso también, por lo que ha ocurrido y está
ocurriendo en Sabiñánigo con el Pirenarium, “el turismo en Aragón
no podía ir mejor”. Desde luego, con estos políticos ineptos es
imposible que vaya mejor...